Nuevos conocimientos sobre el origen del calcio

Antes de que se formaran los planetas, nuestro sistema solar consistía en un disco giratorio, con el joven Sol rodeado de gas y polvo caliente. Este disco se conoce como disco solar nebular (o protoplanetario). A medida que este disco se enfriaba, los sólidos comenzaron a condensarse. Los primeros sólidos que se formaron eran ricos en los elementos calcio y aluminio y se denominan inclusiones ricas en calcio y aluminio (CAI). La naturaleza refractaria (altas temperaturas de fusión/condensación) de los minerales en CAIs significa que deben haberse formado a altas temperaturas (~1300–1700 K), presumiblemente en la parte más interna y más caliente de la nebulosa solar.

A pesar de formarse muy cerca del Sol, los CAI son abundantes meteoritos de condrita carbonácea (CC), que se acumularon en el frío sistema solar exterior. Esto constituye un problema "clásico" con respecto a la sincronización y el transporte de CAI en todo el sistema solar. Una forma de probar varios escenarios de transporte es evaluar las poblaciones de CAI en CC, en comparación con las condritas no carbonáceas (NC), que se formaron en el sistema solar interior. Los CAI en meteoritos NC no han sido estudiados en la misma medida que sus contrapartes CC.

Emilie Dunham de la Universidad de California, Los Ángeles y sus colegas estudiaron recientemente un rango de 76 condritas NC. Sus resultados muestran que los CAI en las condritas NC son más pequeños (~40 micrones en comparación con los ~120 micrones en los CC) y al menos un factor de 10 menos abundantes que en los CC. Estas observaciones respaldan los modelos astrofísicos en los que, después del transporte inicial hacia el exterior de los CAI, la formación de Júpiter creó una brecha en el disco y la mayoría de los CAI quedaron atrapados en el sistema solar exterior. También respaldan modelos más recientes que sugieren que la brecha no era absoluta y que las partículas pequeñas (<50-100 micrones) podrían haberse filtrado. Por lo tanto, los CAI pequeños podrían haberse filtrado de regreso al sistema solar interior y acumulado en cuerpos NC. LEER MÁS